El cementerio y la decepción
Bueno, les contaré todo lo que pasó este día, como pasé de un estado de casi euforia a completamente enojada. (Ni tanta euforia, pero si, estaba emocionada) Desde que era pequeña he tenido una fascinación por lo sobrenatural, fantasmas, cementerio, todo lo relacionado. En realidad, hoy fuimos al cementerio debido a que la abuela de mis primos falleció un par de días (que en paz descanse). Al menos yo no compartí mucho con ella, pero igual sabía que tenía que estar ahí con mi familia y un montón de extraños.
En fin, llegamos temprano con mis padres y mi hermano de 21 años, (yo tengo 22, digo esto por pura referencia). Había llegado yo con tacones y falda, con mis piernas ahora no tan blancas y descubiertas los mosquitos me estaban picando, y con mi poca habilidad y gracia para caminar con tacones, hacía lo que podía con tal de no caerme entre las piedras en el camino. Aún así, eso no impedía que estuviera caminando de un lado a otro como una niña en un parque. Si, ese cementerio era de mausoleos, o casitas como me gusta llamarlos. No estoy segura de por qué, pero me sentía bien, calmada y lista con la cámara de mi celular tomando fotos a cualquier cosa que llamara la atención a mis ojos.
Entre todas las casas había una que otra diferente, que resaltaba del resto y que me hacía pensar cual era la intención detrás de ese diseño. Por ejemplo, había una con una especie de estela de piedra con el nombre de la persona, toda pintada de turquesa; alrededor, colocaron una cerca o fence (no se como llamar a eso haha) con unas pequeñas esculturas de animales, eran un cruce entre pez y dragón, estas estaban pintadas en amarillo. Se podrán imaginar como entre un montón de mausoleos grises y tristes resaltaba este en especial.
En lo que seguimos caminando con mi hermano, pude distinguir a lo lejos un techo triangular blanco, y bajo de él paredes rojas. Me moría por ir a ver cómo era esta “casita”, hasta que me pude escapar y le tomé fotos también, al igual que un video.
A todo esto, terminó el entierro, cuando de repente mi hermano me pidió prestado mi celular y yo, se lo dí. Para mi desgracia, estando en Pizza Hut con mi familia un rato después, mi madre me advirtió que revisara las fotos en mi celular, cuando lo hice me llevé la sorpresa que ya no estaban. No tienen idea de lo mucho que me enojé con mi hermano. Si, terminó siendo una anécdota interesante, pero enoja mucho que se metan con lo que tengo guardado en mi celular, por la mera excusa de que “mi hermano estaba preocupado por mi”. No le hice daño a nadie tomando fotos.
Por suerte, él no sabía que había tomado video también. Así que aquí les paso los 30 segundos del cementerio y de la casita roja.