El ser anti social parte 2

Después de la misteriosa entrada de la semana pasada, hoy si, me tomo el tiempo de explicarles el por qué de ella.
El boom y lo que le da a varias personas qué comer hoy es el social media o el community management. Si, las redes sociales han traído tanto cosas buenas como cosas malas. En fin, aquí me debatiré entre el lado oscuro. No estoy diciendo que dicha ocupación lleve consecuencias negativas, porque no es así. El aspecto que he estado analizando en realidad es el objetivo de las redes sociales.
Las redes sociales más que nada, se han hecho para compartir información, y es gracias al increíble crecimiento de la tecnología que dicha información es compartida instantáneamente. El estar informados de lo que sucede a nuestro alrededor y por todo el mundo casi en tiempo real es increíble. Eso no lo discuto. Lo que me parece tal vez, tedioso, es el hecho de tener que re direccionar nuestra información, (sea generada en un blog, sitio web, fanpage, etc) hacia tantos otros medios para obtener feedback y un mayor alcance. Es claro que ese es el objetivo de tanta aplicación o red social, pero en cierto punto parece más una obligación en vez de algo que se hace por simple placer, porque uno lo disfruta.
He llegado a pensar que, está bien compartir y dar a conocer una marca, pero cuando se trata de algo personal y se llega al punto de estar literalmente en cada red social solo por acosar al grupo objetivo y obtener “likes” ya es demasiado. Es como si tratáramos de obligar a las personas a tragarse nuestra marca cuando, a lo mejor, ni siquiera estén interesados.
Ahora sí, nos vamos acercando al punto más importante.
Quiero hacer un experimento: Llevo escribiendo en este blog ya casi por cuatro años, y he visto no sólo mi evolución en él, sino también, una evolución en el social media hasta nuestros días. ¿Esto qué significa? Esta es una explicación de por qué a veces el blog se mantiene activo en Facebook y a veces “desaparece” y es que, me estoy cansando de tener la “obligación” de publicar cada entrada al blog en la fanpage. No es que no quiera, sino que en cierto modo, estoy tomando en cuenta a los que en verdad están interesados en el contenido de Inspiración Volátil.
Como mencioné en la primera parte de esta serie de posts, recuerdo muy bien los inicios de Inspiración Volátil y aquellas tardes escribiendo, y planeo volver a esos días.
Mi teoría:
He llegado a la conclusión que, por naturaleza, la persona humana siempre va a tener la necesidad de sobresalir en algo, de hacer algo importante y trascendente. Algo por lo que ser recordado. Al igual que todos siempre tienen la necesidad de aprobación, algo que les haga saber que están haciendo las cosas bien para seguir adelante. La verdad es que, sé hasta dónde la inspiración ha llegado con y sin social media, y por un tiempo indefinido estaré escribiendo acá y dejaré el social media y los números a un lado.
Una nueva perspectiva antisocial del mundo
No se preocupen, no significa nada malo. Pero esto viene a que, de cierta forma, quiero llegar a la mera esencia de las cosas, de la vida en sí. Creo que he llegado a un punto dónde trato de analizar cómo quiero vivir mi vida, y no quiero mentirles, pero estoy asqueada de tantas cosas de hoy.
Esta es una llamada a ser lo más minimalista posible, de darle importancia a las que cosas que en verdad valen la pena. Escribí al respecto de este tema en mi blog personal, y la verdad que al quitarme cosas como Facebook de mi vida, entre otras costumbres, he llegado a sentir cierta libertad. Me siento libre de ser yo misma, sin presiones ni obligaciones del cibermundo sobre mí. No le debo a nadie ni a ninguna red social alguna explicación sobre lo que hago o quiero hacer. No le tengo que demostrar nada a nadie.
Simplemente lo hago. Solo me desconecto.
De ahí viene el ser anti social=anti social media.
Obviamente, no en grados extremos 😉
P.D. Saben que para estar actualizados está el RSS y el Newsletter o por mail 🙂